Si te pregunto sobre la cultura energética en tu organización, ¿cómo la definirías? Es decir, ¿sabrías definirme cuáles son las costumbres, normas y recursos destinados a promover e implantar hábitos que garanticen el empleo eficiente de la energía?
De esto es de lo que trata este artículo, de cómo cambiar la cultura energética de tu empresa y mejorar el comportamiento de los usuarios de tus edificios. ¡Sigue leyendo para aprender más sobre el tema!
En un mundo que aspira a la descarbonización de la economía, el consumo energético de los edificios es una de las principales fuentes de emisión de dióxido de carbono. Para reducir estas emisiones y acercar los edificios a la neutralidad en carbono (o incluso convertirlos en sumideros de carbono), es necesario aumentar drásticamente su eficiencia energética. Además, debemos tener en cuenta que la UE tiene como objetivo de eficiencia energética reducir su consumo de energía primaria en un 32,5% hasta 2030 y, según datos de 2019, el consumo de energía primaria de la UE está un 19,8% por encima del objetivo.
Históricamente, las empresas que planeaban reducir su consumo de energía (o el de sus clientes) realizaban auditorías energéticas e identificaban y priorizaban las renovaciones para reducir el consumo de energía mediante la sustitución o instalación de nuevos equipos. Es decir, se centraban principalmente en la mejora de la tecnología existente en el edificio.
Para aumentar el éxito de estas renovaciones es necesario mejorar la cultura energética de los usuarios de los edificios, es decir, las creencias, normas y conocimientos técnicos previos del individuo o grupo al que se dirigen. De esta forma, cuando los usuarios de los edificios han experimentado un cambio en su cultura energética, las renovaciones realizadas son mucho más eficaces, eficientes y duraderas.
En la actualidad, este enfoque ha pasado a dirigirse a la cultura energética de los usuarios de los edificios, centrándose en provocar un cambio de comportamiento desde el punto de vista energético entre los usuarios de los edificios, que posteriormente generará ahorros energéticos y económicos para financiar mejoras en los equipos (HVAC, iluminación, BMS, domótica, etc.) o en la envolvente del edificio (aislamiento, renovación de ventanas, etc.).
Los ahorros generados por la segunda fase de las mejoras también pueden utilizarse para financiar equipos de autoproducción de energía, como paneles fotovoltaicos, acercando el edificio cada vez más a la neutralidad en carbono.
Y es que, el cambio de la cultura energética beneficia a los consumidores de energía, ya que repercute directamente en su propia economía, en las de energía y en las empresas de servicios energéticos (ESE). Como resultado, las empresas pueden utilizar el cambio de comportamiento energético para mejorar su compromiso con los clientes, para vender más servicios energéticos y/o mejoras y, finalmente, para reducir su tasa de abandono.
Los beneficios también son tangibles para las instituciones financieras, ya que se benefician del ahorro económico provocado por los cambios de comportamiento para financiar productos de readaptación a sus clientes.
Además, al mismo tiempo que reducen los costes operativos, las empresas con grandes carteras de edificios pueden incluir el cambio de cultura energética en su estrategia de RSC y potenciar las habilidades de trabajo en equipo entre sus empleados.
Asimismo, el desarrollo de aplicaciones de cambio de comportamiento energético y de herramientas basadas en la IA para la gestión energética – junto con las políticas locales y regionales de eficiencia energética – están fomentando la adopción de iniciativas de cambio de comportamiento energético tanto para edificios residenciales como terciarios.
Por otro lado, el despliegue de contadores inteligentes en toda la UE ha incentivado la adopción de tarifas dinámicas para los consumidores terciarios y residenciales, que ahora se centran más en las técnicas de gestión de la demanda, como el desplazamiento de las cargas a los períodos más baratos. Esto, a su vez, da relevancia al papel del gestor energético, que pasa a ser fundamental para reducir los costes de explotación de los edificios.
No olvidemos que la democratización de tecnologías como el vehículo eléctrico, la producción renovable in situ (fotovoltaica, termosolar, minieólica), las microrredes y las baterías de almacenamiento también requieren un cambio de cultura energética para funcionar de forma óptima.
Y por último, la pandemia del Covid-19 también ha aumentado la conciencia energética, ya que los trabajadores a distancia han visto aumentar sus facturas de electricidad y muchas empresas han tenido que analizar sus costes de funcionamiento para adaptarse a la nueva normalidad. En consecuencia, esta nueva normalidad conlleva más teleconferencias, lo que supone una oportunidad para compartir conocimientos y mejores prácticas de gestión energética gráfica.
Estos factores aumentan la motivación de los consumidores para mejorar sus prácticas energéticas y comprometerse con las medidas que proponen los gestores energéticos. Además, muchas empresas apuestan por una política de oficinas híbridas con mayor ventilación y control de la calidad del aire interior, lo que suele traducirse en un mayor consumo de energía.
Mejorar el comportamiento energético de los usuarios de los edificios es una forma de dar visibilidad y valorar el trabajo de los gestores energéticos y de instalaciones, motivándoles para que involucren a los usuarios en los buenos hábitos y prácticas energéticas y aumentando su compromiso con la eficiencia energética.
Desde el punto de vista de estos profesionales, los proyectos de cambio de comportamiento energético plantean varios retos que se exponen a continuación.
Los 3 Retos de los Profesionales de la Energía en Proyectos de Mejora de la Cultura Energética
1. ¿Cómo puedes identificar los lugares y las cargas con mayor potencial de ahorro?
Como gestor energético o de instalaciones, si gestionas una gran cartera de edificios, es fundamental que conozcas los lugares qué se beneficiarán más de los cambios en el comportamiento energético de sus usuarios.
Con esto en mente, es bueno tener una herramienta que te dé soporte y te ayude a segmentar tus edificios. Este es el caso de DEXMA Detect, una herramienta de auditoría energética virtual que clasifica las localizaciones según su potencial de ahorro energético comparando los consumos de energía, los datos meteorológicos y los metadatos de la localización.
Si quiere saber cuáles son las principales cargas en cada una de tus instalaciones, Detect también te proporciona los consumos mensuales desagregados de cada ubicación.
Ahora te toca decidir qué locales participarán en tu campaña de cambio de cultura energética.
2. ¿Cómo puedes evaluar el impacto de los cambios en el comportamiento energético?
Otro aspecto clave para determinar el éxito de las iniciativas de cambio de comportamiento energético es saber cuál es el impacto que está teniendo en el consumo de energía. Para averiguarlo, deberás hacer un análisis avanzado.
Herramientas como DEXMA Analyse te ayudarán a establecer y seguir los objetivos de ahorro con su funcionalidad de M&V, y a monitorizar en tiempo real las acciones en sus secciones de Consumo y Coste – esta última también te permitirá visualizar el coste energético por periodo tarifario.
Incluso podrás comparar el consumo con periodos anteriores en la sección de Evolución – ¡determinar el impacto del cambio de cultura energética nunca había sido tan fácil!
3. ¿Tienes alguna forma de garantizar que los cambios en la cultura energética sean duraderos? ¿Puedes detectar las desviaciones?
Esta es una cuestión importante: el verdadero éxito de los cambios de comportamiento es cuando perduran y no hay efectos rebote.
Para resolver este reto, puedes trabajar con herramientas basadas en algoritmos de machine learning como DEXMA Optimise. Esta herramienta te permite detectar cualquier desviación de la senda de la eficiencia, tanto si se trata de un cambio en el comportamiento energético como en el funcionamiento de tus edificios o tus equipos.
De hecho, los Partners de DEXMA ya se han beneficiado de iniciativas de comportamiento energético en el pasado.
Por ejemplo, en 2010, la UPC (Universidad Politécnica de Cataluña), comenzó a monitorizar el consumo energético de una de las mayores bibliotecas de Cataluña con DEXMA, y un equipo de estudiantes de la UPC inició un proyecto de conservación de energía basado principalmente con una estrategia de cambio de comportamiento (información en inglés).
Como anécdota, los primeros pasos de este proyecto no fueron fáciles debido a la oposición del jefe de la biblioteca, que no entendía qué era exactamente un cambio de comportamiento energético. Tras unos meses de interacciones, cambió repentinamente su visión y se convirtió en el líder del proyecto: comprendió que el ahorro energético podía ser un proyecto de equipo y una forma perfecta de proyectar una imagen moderna de la organización.
La cultura energética de su equipo cambió bajo su liderazgo y, al cabo de 3 años, consiguió ahorrar el 43% de su consumo de energía eléctrica (42.000 euros al año). Además, este ahorro les permitió:
- Ampliar la iniciativa a 90 edificios de la UPC
- Alcanzar un ahorro de 4M € en 4 años,
Este ahorro de 4M€ permitió, en consecuencia, a la UPC ascender en la pirámide de la eficiencia: proporcionando recursos suficientes para realizar inversiones en la readaptación de equipos (sustitución a tecnología LED, sustitución de calderas y enfriadoras), mejora de la domótica y certificación energética.
Finalmente, las mejoras en la eficiencia energética global de la universidad han generado un ahorro suficiente para la inversión en instalaciones solares fotovoltaicas en la mayoría de los campus, con más de 600 kW proyectados y/o instalados y varias instalaciones geotérmicas, aero-térmicas y de biomasa proyectada.
En resumen, la UPC ha experimentado una reducción energética del 23% en 2020 respecto a 2007, lo que es formidable teniendo en cuenta que durante 2016-17 entró en funcionamiento un nuevo campus que representa alrededor del 12% del consumo energético de la UPC.
¿Cómo puede ayudarte DEXMA a Cambiar la Cultura Energética de los Usuarios de tus Edificios?
Sabemos qué cambiar la cultura energética de los consumidores y de los usuarios de los edificios puede suponer un reto.
Por eso la Plataforma DEXMA proporciona herramientas para la gestión de la energía que visualmente atractivas y proporcionan al usuario una experiencia similar a la de los juegos.
Por ejemplo, las herramientas y aplicaciones que se pueden utilizar dentro de esta plataforma energética te darán las mejores y peores clasificaciones de tus localizaciones según su potencial de ahorro energético. Además, puedes seguir los objetivos de ahorro en tiempo real y los modelos pueden ser entrenados por el usuario para automatizar la detección de cualquier anomalía en el rendimiento energético de los edificios monitorizados.
Gracias a estas herramientas, los gestores energéticos y facility managers pueden aprender, estimar el impacto de sus acciones y mejorar el rendimiento energético de los edificios. Todo esto combinado es una motivación intrínseca para el usuario, en lugar de una experiencia de juego completa con recompensas externas obvias con el que el usuario podría sentirse como condescendiente e infantilizante.
Al mismo tiempo, DEXMA ha tenido la oportunidad de aprender de otras experiencias en cambio de comportamiento energético, como su participación en el proyecto FEEdBACk, financiado por la UE. Este proyecto europeo tenía como objetivo evaluar el cambio de comportamiento energético en edificios terciarios y residenciales a través de una aplicación gamificada integrada con DEXMA Analyse y algoritmos de gestión energética ad hoc (desagregación de carga, previsión de ocupación, previsión de carga neta entre otras herramientas).
Otro ejemplo en el que el equipo de gestión energética de DEXMA ha utilizado su software para cambiar la cultura energética, es en los edificios y sucursales de una de las más grandes instituciones bancarias españolas.
En conclusión, el contexto es ahora más adecuado que nunca para el cambio de la cultura energética, ya que varios factores sociales, legales y tecnológicos lo marcan como el momento más favorable.
Por lo que, el cambio de cultura energética aporta beneficios a todos los actores del mercado energético, desde las empresas de servicios públicos hasta los consumidores.
En particular, es una oportunidad para dar valor y visibilidad a los profesionales de la gestión energética, que tienen en DEXMA un conjunto de herramientas ideales, visuales y pseudo gamificadas para detectar qué lugares tienen más potencial de ahorro energético, hacer un seguimiento de las campañas de comportamiento energético y asegurarse de que persisten en el tiempo.
Así que ahora que sabes todo esto, es el momento de acelerar los cambios en la cultura energética de tu empresa apoyándote en herramientas como la plataforma integrada DEXMA. ¡Entra en la DEMO gratuita aquí!
Nota del Editor – Este artículo ha sido redactado por 2 de nuestros expertos en analítica energética avanzada y comportamiento energético de DEXMA:
Oriol Pla, R&D Manager y Gestor Energético, forma parte del equipo de DEXMA desde 2019. Su objetivo es que los proyectos de I+D de DEXMA aporten nuevas funcionalidades a la plataforma de DEXMA. Por otro lado, asesora a los clientes de DEXMA para incrementar su eficiencia energética y mejorar la operativa de sus edificios.
Galdric Ruiz, Energy Behaviour Manager, forma parte del equipo de DEXMA desde 2018. Experto gestor energético, especializado en la parte humana del comportamiento energético. Gracias a sus conocimientos, crea una dinámica de “Reto Común hacía la Eficiencia Energética” entre las personas que forman parte de cada organización.