Por sus virtudes educativas y su dimensión lúdica, el juego es una poderosa palanca para concienciar sobre temas complejos. En los últimos años este principio ha adquirido más peso gracias la expansión de las nuevas tecnologías. De hecho, que se trate de concursos, de aplicaciones para ayudar a descubrir un sector, de juegos serios (serious games)…, la frontera entre el “universo lúdico” (el juego) y el “universo serio” (la gestión de una empresa o de un individuo, la investigación, la educación, etc.) se ha difuminado.
Más recientemente se ha utilizado un término, especialmente para las aplicaciones que contienen elementos de juegos: Ganar/perder, desafíos y recompensas/penalizaciones. Este término es «gamificación» o ludificación, y designa el encuentro entre ambos universos.
¿Cómo se consigue la Gamificación?
Cuando hablamos de gamificación, nos referimos especialmente a la aplicación de los conceptos y técnicas de la teoría de juegos a actividades no relacionadas con el juego. Son aplicaciones que incorporan elementos de los videojuegos que pueden mantener a los usuarios comprometidos dándoles una motivación extra para seguir usando la aplicación, pero sobre todo, para lograr ciertos objetivos.
Un gran ejemplo de la gamificación es el de las aplicaciones educativas, en las que los usuarios pueden fijarse un objetivo diario de una cierta cantidad de lecciones para terminar.
Este sistema ha demostrado ser muy eficaz para varias aplicaciones, ayudando a los usuarios no sólo a aprender a hacer algo de una manera más fácil e interactiva, sino también a ser capaces de crear hábitos fuertes manteniéndolos motivados para conectarse cada día y alcanzar los objetivos que se han fijado.
Aunque hoy en día las aplicaciones son la forma más popular y eficaz de jugar, los sistemas no virtuales también pueden aprovechar el poder de la gamificación y utilizar las aplicaciones como una herramienta complementaria.
Cuál es el valor añadido de la Gamificación en la Sector de la Energía
El deseo y, muchas veces, la necesidad para las organizaciones, los propietarios, las empresas y las grandes industrias de combatir el desperdicio de energía o simplemente de reducir los niveles de energía que se consumen es cada vez mayor a medida que aumentan los precios de la energía y la preocupación por el estado del medio ambiente.
Cuándo la energía consumida puede ser considerada un desperdicio es algo bastante subjetivo, ya que cada organización tiene diferentes necesidades en cuanto a energía. Por ejemplo, un fabricante podría necesitar consumir mucho más energía en un turno de 4 horas que una tienda.
La dificultad a la hora de determinar si se está consumiendo más energía de la necesaria es que este conocimiento no siempre está disponible, y a menudo existe el temor de recortar la energía utilizada, en lugar de reducirla adecuadamente.
Aquí es donde entra en juego la gamificación en la industria de la energía, dando una oportunidad a los usuarios, es decir, a los que consumen energía, de ser conscientes de cuándo sus niveles de consumo de energía se encuentran dentro de los promedios adecuados, y ayudándoles a modificar sus comportamientos de consumo y así obener la satisfacción de haber logrado su objetivo.
Ya existen herramientas, y más precisamente Software de Gestión de la Energía (SGE), como la Plataforma DEXMA que ya hacen un gran trabajo recogiendo los datos de los medidores inteligentes y otros dispositivos, y mostrándolos de forma intuitiva para que puedas detectar ineficiencias, analizar datos y optimizar tu consumo de energía.
Sin embargo, el uso de un SGE por sí solo no siempre es tan eficaz como nos gustaría que fuera para el ahorro de energía, ya que el consumo energético y especialmente la eficiencia energética, todavía depende mucho del comportamiento de los consumidores.
La utilización de un programa informático de gestión de la energía, o la aplicación de las soluciones ya existentes que utilizan la gamificación para ayudar a los usuarios a crear mejores hábitos de consumo de energético es una forma eficaz que debería estudiarse más a fondo para alcanzar esos objetivos de eficiencia energética de las industrias y de las personas.
4 Consejos sobre cómo implementar la Gamificación para aumentar el Compromiso de los Consumidores de Energía
Una gran ventaja de la aplicación de la gamificación en el contexto de la industria energética, es que, aunque todavía existan retos a la hora de determinar cuándo la cantidad de energía es apropiada o no, los objetivos son bastante claros, lo que facilita la aplicación de recompensas y retos para ello.
1. En primer lugar, la organización o el individuo debe ser capaz de determinar cuánta energía es la adecuada para poder seguir realizando sus actividades sin necesidad de alterar o reducir su productividad.
2. Una vez determinado esto, es posible establecer objetivos claros en la aplicación o sistema de juego, y permitir a los usuarios hacer un mejor seguimiento de sus hábitos de consumo, así como establecer retos efectivos que puedan mantenerlos motivados.
3. Compartir los resultados es otro factor importante que puede impulsar realmente la motivación de quienes se dedican a lograr la eficiencia energética, ya que esto motiva aún más a quienes participan en el juego de la gestión de la energía, y fomenta una sana competencia así como la cooperación entre los usuarios.
4. La introducción de una moneda virtual que se puede ganar siendo constante en los objetivos de consumo de energía establecidos, otorgando a los usuarios monedas o fichas que pueden cambiar para obtener ciertos incentivos o premios, como obtener un descuento en su factura de energía, obtener servicios personalizados que hagan la experiencia más personalizada es otra gran herramienta para fomentar la aplicación de medidas de ahorro y eficiencia energética.
En general, es importante entender el objetivo de la aplicación o el sistema. Es decir, reconocer quiénes van a ser los consumidores; lo que puede facilitar la toma de decisiones adecuadas sobre cómo implementar la solución de gamificación de manera que más usuarios disfruten y, por lo tanto, mantenerlos comprometidos por más tiempo.
Los Desafíos de la Gamificación en la reducción del Consumo Energético
Como ya se ha mencionado, uno de los principales obstáculos de la gestión de la energía y por lo tanto de la gamificación, es el hecho de que la energía se consume de muchas maneras diferentes, según los dispositivos con requisitos energéticos distintos, o los perfiles de usuarios.
En este sentido, ésto podría ser uno de los primeros retos a los que habría que hacer frente al aplicar la gamificación en el sector de la energía, ya que sería necesario conocer de antemano cierta información, como por ejemplo cuánto consumen los dispositivos utilizados por el usuario, a fin de establecer los objetivos adecuados.
Además, los requisitos generales de una empresa o industria en lo que respecta a la energía que necesitan es algo que debe conocerse, para poder establecer objetivos. Sin embargo, ésta es precisamente una de las razones para utilizar un EMS, porque a menudo se desconoce por qué o dónde se está consumiendo más energía de la necesaria.
Sin embargo, los programas de gestión de la energía que integran gamificación pueden establecer esos objetivos basándose en nuevas informaciones que un Gestor de la Energía obtiene a medida que se recogen más datos, lo que lo hace más eficaz y también lo convierte en una solución escalable, que puede crear un compromiso duradero.
Aprovechar el poder de técnicas como la gamificación, modificando o reforzando mejores hábitos de forma lúdica, es una manera de conseguir la eficiencia energética sin limitarse a seguir las reglas de consumo, sino adaptando realmente nuestros comportamientos.
Si quieres mantenerte al día en las últimas tendencias tecnológicas, te recomendamos ver la grabación de nuestro Webinar (en inglés) sobre la Gamificación en el Sector Energético: