La energía es una constante en nuestra vida y contamos con ella apenas sin pensar. Al entrar en una oficina o sucursal bancaria, sensores de movimiento o interruptores en todas las estancias encienden las luces, así como el aire acondicionado o la calefacción a golpe de clic… todo ocurre con una sencillez casi sorprendente.
Aunque utilicemos energía constantemente, no siempre somos conscientes del trabajo y el esfuerzo que hay detrás. Seguro que no te planteas en cada momento tu consumo energético o cómo podrías reducirlo manteniendo el estándar de confort de tu espacio de trabajo.
En este artículo hablamos de la concienciación y cultura energética, centrándonos en el sector bancario y con el fantástico ejemplo de CaixaBank.
¿De qué Hablamos cuando Hablamos de Cultura Energética?
Cuando mencionamos la cultura energética nos referimos a los patrones de comportamiento, de conocimiento y concienciación sobre el uso de la energía. Esto también incluye el ahorro, y el impacto que el gasto energético tiene en los costes totales y en el entorno. Si quieres conocer más sobre este concepto y profundizar en su significado, puedes leer este artículo previo sobre el comportamiento energético.
La Importancia del Factor Humano en la Gestión Energética
Los edificios y sucursales bancarias, como en otros sectores, consumen mucha energía. Pero quien consume esa energía finalmente son las personas. Empleados, clientes, personal de limpieza, de mantenimiento, etc. Y su concienciación y cultura energética son clave para lograr resultados.
Aunque instales ciertas automatizaciones o componentes con un Sistema de Gestión Energética (SGE) en tu banco, no todo es tecnología y software. El consumo energético está muy influenciado por preferencias personales. Hay quien quiere trabajar con todas las luces encendidas, o quien tiene calor o frío enseguida, o quien prefiere mantener las ventanas abiertas aún a riesgo de pasar frío o calor para tener ventilación natural. Seguro que puedes pensar en casos reales de compañeros o empleados. Por ejemplo durante la pandemia de covid-19, los partidarios de la ventilación constante aún a riesgo de pasar frío han sido un caso frecuente.
Así, vemos que el consumo energético se basa en las necesidades de los usuarios y también de la empresa. Por motivos de servicio profesional, en un banco es necesario el consumo energético de iluminación, ordenadores y cajeros automáticos para el correcto funcionamiento del servicio. Pero también el aire acondicionado y calefacción para que el personal esté cómodo en el espacio. Sin olvidar elementos variados como máquinas de café o de vending, y secadores de manos en los servicios, entre otros.
Los usuarios interactúan con la energía y controlan parte de ella. Es clave saber que el trabajador siempre buscará el máximo confort para realizar su trabajo en las condiciones más favorables. Ya sea regulando la temperatura, la iluminación, o la ventilación.
Además, al gestionar equipos como ordenadores, cada empleado contribuye al consumo energético y puede implementar gestos de ahorro. Por ejemplo, apagando los ordenadores al acabar la jornada en vez de dejarlos en standby toda la noche. El trabajador es un elemento clave para lograr un uso eficiente de la energía ya que la gestión final de los equipos consumidores recae en ellos.
Caso de Éxito: CaixaBank
CaixaBank es uno de los bancos más importantes de España, con miles de empleados, sucursales y oficinas repartidas en el país. Su equipo de Facility Management tiene una serie de objetivos para garantizar el confort de sus empleados y de clientes, reducir el consumo energético de sus instalaciones y reducir las incidencias de mantenimiento al mínimo posible.
Con más de 4.000 instalaciones entre oficinas y edificios, se trata de un gran reto energético que se está llevando a cabo de manera satisfactoria.
El proyecto de eficiencia energética de CaixaBank es muy amplio y afecta a todos sus espacios. Sus puntos clave son:
- La detección del potencial de ahorro y la optimización de potencias
- Los servicios de analytics e identificación de incidencias
- La concienciación Energética
Como ves, la concienciación energética es uno de los elementos principales del proyecto. Y es normal, en una empresa con miles de trabajadores y entidades en las que poder aplicar los cambios. Descarga aquí el caso de éxito de CaixaBank para conocer todos los detalles de su progreso.
En la siguiente sección encontrarás ideas para que tu estrategia de concienciación energética también sea exitosa.
Cómo Implementar la Estrategia de Concienciación Energética en tu Banco
1. Identificación de Principales Medidas y Objetivos de Eficiencia Energética en tu Banco
Primero empezarás por identificar qué medidas y dónde implementarlas. Esto incluirá la climatización, alumbrado y equipos, así como la posibilidad de automatizar los horarios de encendido y apagado. Seguramente lleves a cabo esta tarea con el asesoramiento de tu equipo de Facility Management, gestores energéticos, o profesionales externos. En el caso de CaixaBank, DEXMA ha trabajado de manera conjunta con el equipo de Facility Management para desarrollar el proyecto, ayudando con la detección del potencial de ahorro y con la estrategia de concienciación energética, entre otros.
Una vez hayas consultado con profesionales de la energía, tanto internos como externos, y empieces a planificar tu estrategia de eficiencia energética, debes empezar a involucrar a tus empleados. También puedes hacerlo antes, pero contar con el respaldo de profesionales te ayudará a transmitir tu mensaje.
2. Comunicación Interna para Fomentar la Transparencia y los Hábitos de Consumo Energético
Algunas actividades informativas y de participación que puedes llevar a cabo incluyen la distribución de informes periódicos o publicaciones en la intranet de los trabajadores. En ella puedes incluir desde los consumos actuales hasta tus objetivos de reducción, así como indicaciones y consejos de ahorro. Esta tarea debe hacerse de forma regular, ya que puede haber una alta rotación de empleados y tendrás que compartir información de forma contínua. En CaixaBank, más de 25.000 personas reciben informes de concienciación energética de forma regular.
Además de esa información y consejos, publicar casos de éxito para dar visibilidad a aquellos que lo hacen bien puede motivar a más empleados a mejorar.
Antes de empezar con tus comunicaciones para fomentar la cultura energética debes plantearte ciertos aspectos para ser realista y no exigir demasiado a tus empleados en tus planes de gestión energética:
- Los trabajadores no suelen ser personas técnicas y se les debe transmitir de forma correcta y fácil cómo deben gestionar las instalaciones.
- No se puede pedir a los empleados que reduzcan el consumo si sus equipos (clima o alumbrado) no funcionan correctamente y requieren de un cambio o mantenimiento.
- El feedback no debería ser negativo, aunque los resultados no salgan como se esperan el mensaje siempre debe estar enfocado a lograr los objetivos y a motivar.
- Igual que se debe pedir su colaboración, se les debe ofrecer herramientas y compartir información sobre lo que está sucediendo.
- El seguimiento no solo debe ser de la evolución de sus consumos (a mejor o a peor) sino que también debe incluir consejos de mejora, felicitaciones y comparativas con otras oficinas o la visión global de la zona de oficinas o de todo el portfolio para que no se sientan solos en el camino del ahorro.
- En los casos de las oficinas no solo existen empleados involucrados en la gestión energética. También está el personal de limpieza o incluso el personal encargado de reponer el dinero de los cajeros. Estos también deben tener claro cómo deben operar cuando entran a trabajar.
3. Gamificación para la Cultura Energética
Una vez has realizado la primera fase de comunicación y establecido los protocolos, regularidad y tipo de información que compartirás, puedes ir más allá. Las estrategias de gamificación como cuestionarios o retos pueden ser una opción viable para involucrar a tus empleados de manera directa, estableciendo objetivos.
La gamificación, como puede ser la comparativa entre distintas oficinas puede ser muy útil como motivación ya sea por rivalidad entre ellas o por el contrario, por vínculos afectivos con antiguos compañeros, por ejemplo.
Por lo general existen figuras internas o trabajadores responsables de grupos de oficinas, ya sea por zona geográfica, por tipo, tamaño, etc. Dichas figuras son clave para el seguimiento y motivación de cada una de las oficinas. Que cada uno de estos trabajadores reciba un informe periódico o disponga de un dashboard para ver qué oficinas mejoran y que otras no, puede convertirse en un debate recurrente en las reuniones periódicas que tengan entre ellos.
Así, la idea no es un juego de competición en el que destaques a los que menos hacen, sino una forma de destacar a las personas u oficinas que se comprometen, fomentando una comparativa sana con resultados claros. Esta fase es opcional, dependerá de tus necesidades, pero puede ser un gesto más en el proceso hacia el ahorro energético.
Una vez vistos estos pasos, ¿te animas a poner en marcha una estrategia de concienciación energética y medidas de ahorro energético en tu banco o entidad financiera? Descarga el caso de éxito de CaixaBank para saber cómo lo han llevado a cabo, y contáctanos si quieres saber más sobre cómo empezar en tu caso particular.