Periodistas robóticos, coches que se conducen solos y frigoríficos que te avisan si la leche se estropea… bienvenido al futuro, hecho posible por el Internet de las Cosas, o IoT (Internet of Things). El IoT ha llegado para quedarse y está cambiando nuestro día a día, pero también lo que se exige al gestor energético: nuevas habilidades, tecnologías… Lee el post o descarga la guía gratuita para ser el gestor energético del futuro.
¿Qué es IoT?
Todo el mundo habla de ello, pero, ¿qué significa y cómo afectará a la industria de la energía?
Internet de las Cosas, o IoT, significa básicamente conectar cualquier cosa con Internet. De todo. Desde teléfonos móviles a tostadoras, pasando por coches y cualquier cosa que puedas imaginar, incluso humanos (piensa en los ya famosos Fitbit) pero también vacas. El IoT es una gran red, formada por todas esas cosas conectadas.
Parece que el término IoT es simplemente una moda pasajera, como usar Big Data. Está en boca de todos y es difícil saber si será solo una moda más…
«Internet of Things» se utilizó como término por primera vez en 1999, aunque el concepto es mucho anterior y es una de las principales tendencias tecnológicas a seguir de los últimos años. El número de dispositivos conectados no deja de aumentar. Gartner asegura que habrá 26 billones de dispositivos conectados en 2020, y Cisco sube esa cifra hasta los 50 billones.
Con estos números en la conversación, se abren inmensas posibilidades y parece que el IoT está aquí para quedarse. Poco a poco se está convirtiendo en una tendencia general y parte central del negocio y la sociedad.
¿Cómo afecta el IoT a la Energía?
Imaginemos por un momento un futuro de nuestro sector con gran presencia del IoT.
Los smart grids permitirán que las empresas proveedoras de energía (utilities) lean y monitoricen el uso de la electricidad, el agua, el gas… en definitiva, todas las fuentes energéticas, de forma digital, sin necesidad de que haya profesionales controlando las lecturas de los medidores. Podrán identificar rápida y fácilmente la localización de cualquier fallo o problema en el grid (el grid es la red, la «cuadrícula» en una traducción más literal, se refiere a la red de las utilities).
Los sistemas de luz y clima de un hospital o universidad podrán ser automatizados al completo y sin límites, y controlados de forma centralizada. De igual forma, nosotros en nuestras casa podremos controlar la temperatura con un termostato a través de una app para nuestro móvil, sin importar dónde estemos. Los cuadros de mando municipales, como el que ya existe en Londres darán información en tiempo real del tráfico, alertas de climatología y servicios de transporte público, y también de la polución.
No estamos hablando de ciencia ficción. Como ves, los ejemplos que hoy te traemos son reales. Bienvenid@s a la Energía 3.0 donde la tecnología y la energía se unen.
Con el uso de sensores, medidores, controladores digitales y la analítica necesaria para seguir y gestionar el flujo de la energía (y de la información) el IoT es la espina dorsal de la gestión energética inteligente, los edificios inteligentes y los smart girds. En una perspectiva aún más amplia, el IoT puede cambiar las normas del juego actual de las Smart Cities.
Accede a nuestra última sesión formativa: cómo crear una estrategia de medición de éxito >>
Quizá no sepas cuán amplio es el alcance, ya hoy en día, del IoT. Las ciudades utilizarán 1.6 billones de cosas conectadas a finales de este año, 2016, y los edificios inteligentes son la fuente del mayor número de ellos, según Gartner:
«Los edificios smart de orientación comercial serán los mayores usuarios del IoT (Internet of Things) hasta 2017. Entonces, las casas inteligentes tomarán el relevo y dominarán un mercado con más de 1 billón de cosas conectadas en 2018» Bettina Tratz-Ryan, Research Vice President en Gartner.
Nuestra plataforma de análisis energético, La Plataforma DEXMA es un buen ejemplo del IoT en acción. Utiliza sensores para monitorear el uso de la energía y los envía a la nube para que puedas entender qué pasa en el edificio a nivel energético, en todo momento, y aplicar herramientas de análisis avanzado.
Estas herramientas son la forma de hacer que el IoT sea más que una palabra de moda: son el verdadero valor que puedes extraer de estos avances tecnológicos. Así, puedes ver cada día en un cuadro de mando cómo está el consumo energético de la empresa, detectando fácilmente áreas problemáticas.
El objetivo del juego es la eficiencia: conseguir el mejor rendimiento al mínimo coste para los consumidores y empresas – y también para el medio ambiente.
4 implicaciones del IoT para el Gestor Energético
El IoT es uno de los desarrollos tecnológicos que más afectará a la gestión energética, con grandes oportunidades, pero también desafíos. Hay 4 aspectos cruciales en los que debes pensar como gestor energético a la hora de considerar estas nuevas tecnologías:
-> Necesitarás presupuesto:
Domina tu mercado. Incluye inversión en IoT para diferenciarte de tu competencia. Si tienes presupuesto, invierte en tener una mejor plataforma de análisis, dispositivos de hardware inteligentes y concentradores que mejoren tu plan de eficiencia energética. Estamos viendo cómo muchas empresas están haciendo un esfuerzo en invertir en IoT, incluso creando unidades de negocio dedicadas a esta tecnología: no te quedes fuera.
-> Necesitarás formación:
Los empleados necesitarán ser capaces de gestionar múltiples dispositivos conectados: dentro y fuera del edificio, en flotas comerciales… ¿Está tu equipo listo para el reto? El auge de los robots y la maquinaria inteligente hace que tengas que pensar en cómo incorporarlas en tus procesos y cómo impactará en tus recursos humanos.
También necesitarás dar formación a tus clientes sobre las herramientas y la información que vayan a tener que utilizar o gestionar. Es bueno que conozcan tus productos y servicios, y lo que estés utilizando. Una estrategia de comunicación fuerte es esencial para adoptar nuevas tecnologías, pero es aún más importante de cara a que la innovación te ayude a seguir generando negocio y dando valor a tus servicios.
-> Alguien debe encargarse de los datos:
Las ENORMES cantidades de datos que proporcionan los dispositivos IoT necesitan ser almacenadas en algún sitio. Y, nosotros añadimos aún más: hay que analizarlas y realizar seguimiento de qué nos están diciendo. Debes tener en cuenta estas necesidades de almacenado y el tiempo de gestión en tus planes de futuro. Como Gartner afirma: «el valor está en las respuestas, no en los datos. No tiene sentido recibir toneladas de nuevos datos si no vas a maximizar el análisis y monetizarlos.
-> La seguridad es realmente importante:
Mientras la multitud de dispositivos siga aumentando, también aumentarán las amenazas de seguridad. Es un problema relevante: ¿cómo asegurar la privacidad de tus datos y los datos de tus clientes? ¿Qué medidas se pueden implementar y cómo hacerlas evolucionar según avance la tecnología?
Esta consideración es especialmente importante si pensamos en los edificios inteligentes (smart buildings). Cuando un edificio se automatiza por completo, un hacker podría potencialmente cortar el suministro eléctrico de todo el edificio, causando estragos y consecuencias serias a nivel económico y de seguridad.
A finales de 2018, el 20% de los llamados edificios inteligentes habrá sufrido vandalismo digital. Por eso, necesitas tomar medidas de autenticación segura y preocuparte por el acceso a tus datos, para prevenir los ciber ataques.
El futuro de la industria de la energía será influenciado por el Internet de las Cosas (IoT). Veremos más y más dispositivos conectados en desarrollo, ganaremos en control: sobre los datos y también sobre los ahorros energéticos generados. Es un momento excitante y un auténtico desafío para el gestor energético, un momento ideal para aprovechar las oportunidades que abra el IoT.