Históricamente el papel de la Administración Pública ha sido el de traccionar, fomentar, apoyar y crear un marco en el que las empresas aporten su conocimiento y experiencia en los distintos sectores, que posibiliten que la ciudadanía mejore cada día su bienestar y pueda contar para ello con multitud de servicios que cubran a la perfección sus necesidades.
En la actualidad hay un cambio claro de prioridades en la sociedad que también empuja a las administraciones a fomentar y adoprar nuevas medidas vinculadas a la eficiencia energética y a la sostenibilidad.
De esto tratamos en este artículo, de cómo las Administraciones Públicas pueden poner en marcha planes de ahorro y reducir su consumo de energía.
La Administración Pública y la Eficiencia Energética
La Administración, al igual que particulares y empresas, ha visto incrementado su coste energético en los últimos años por el aumento de los costes de la electricidad y el gas principalmente. Y la administración pública, junto con sectores tan diversos como el residencial o industrial, tienen algo en común y es su capacidad de implementar medidas que les permitan reducir los costes energéticos.
Con situaciones como la subida de precios energéticos o las políticas de ahorro energético para particulares y empresas, las administraciones ya no pueden quedar al margen y también toman sus medidas para ahorrar energía. Los ciudadanos demandamos un esfuerzo extra y las administraciones son conscientes y están focalizando sus esfuerzos en esta materia.
“Lo que se mide se mejora”. Y esto aplica directamente a la monitorización de los distintos consumos de las principales fuentes de energía como son la electricidad, el gas, el agua y el gasóleo. Esta monitorización permite posteriormente invertir en medidas que aumenten la eficiencia de los edificios. Repercutiendo positivamente en la ciudadanía y ayudando a reducir costes.
¿Cómo Ahorrar Energía en las Administraciones Públicas?
Las medidas de ahorro energético que pueden adoptarse en la administración pasan principalmente por un cambio de hábitos de consumo. Dichas administraciones están cada vez más concienciadas y, por lo tanto, van por el buen camino. Esto se ve reflejado en el aumento de las inversiones en materia de eficiencia energética y sostenibilidad realizadas por su parte. Cabe destacar la importancia de que las administraciones estén bien informadas y asesoradas, para poderse apoyar en las numerosas ayudas que salen regularmente por el Gobierno central y autonómico.
Y es que la administración pública también puede beneficiarse de alguna de estas ayudas. Por ejemplo, en aquellas enfocadas principalmente en instalaciones que permitan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante el cambio de sus calderas, biomasa, aerotermia/geotermia, iluminación y, principalmente por su bajo retorno de la inversión, la fotovoltaica bajo el modelo de autoconsumo.
Esta última, el autoconsumo fotovoltaico, se ha convertido en la principal inversión de Ayuntamientos y Administraciones. Permite en cualquiera de sus modelos, individual, colectivo o comunidad energética, reducir su coste energético con una inversión no muy elevada. Gracias, en parte, a las subvenciones actuales del IDAE a nivel nacional y gestionadas en las distintas comunidades autónomas por las autoridades competentes (como el EVE en el País Vasco) de forma eficiente. Aunque esto no siempre es fácil, dado el gran volumen de solicitudes seguro recibidas y con una fuente de energía inagotable, como es el sol.
Por este motivo, Empresas de Servicios Energéticos (ESE) como Enermetrik tienen la capacidad de realizar un estudio técnico-económico óptimo. Estos son de gran ayuda porque además pueden ejecutar esos proyectos y gestionar en paralelo, para la administración, las distintas subvenciones destinadas al fomento de esta medida de ahorro. Lo cual garantiza el éxito de la medida y posibilita su implementación total. Ya que, en general, la administración carece del personal adecuado en número que les permita sacar adelante este tipo de proyectos.
La Importancia de la Monitorización de la Eficiencia Energética
Hemos mencionado antes la importancia de monitorizar para conseguir una gestión energética eficaz y continua, así como de las MAEs o medidas de ahorro energético. Pero además no debemos olvidar que las administraciones deben cumplir desde hace años con las leyes vinculadas a la eficiencia energética. Concretamente con la aplicación de las leyes de las comunidades autónomas. Por ejemplo, la Ley 4/2019, de 21 de febrero de Sostenibilidad Energética de la Comunidad Autónoma Vasca.
Para lograr sus objetivos y hacer esa monitorización de forma adecuada, la administración debe contar con un mecanismo o software que le permita reportar sus datos de consumo anual en el primer trimestre del siguiente año. Así como disponer de dicho software para realizar gestión energética, la realización de auditorías energéticas cada 4 años de los edificios públicos con un consumo superior a 70kW, hacer auditorías energéticas de su alumbrado público, disponer de certificados energéticos en la totalidad de sus edificios. Además de fomentar y poner en marcha planes de formación y movilidad, que no es poco.
Para esto existen los Sistemas de Gestión Energética como la Plataforma Spacewell Energy (Dexma), en los que se puede centralizar y optimizar toda esta gestión.
Las barreras en la Administración Pública para sus Proyectos de Ahorro Energético
Finalmente es importante hablar de las barreras o dificultades a las que se enfrentan cada día las administraciones a la hora de poner en funcionamiento todas estas medidas y acciones comentadas. Porque, sin duda, no es fácil cumplir con los exigentes objetivos marcados en materia de energía y cambio climático por la Unión Europea.
No olvidemos que ambos términos están estrechamente ligados, ya que la producción de energía procede principalmente de la transformación y el consumo de combustibles fósiles y en la actualidad el consumo de energía representa el 79% de las emisiones de efecto invernadero de la Unión Europea. Como país, estamos igualmente obligados por el protocolo de Kyoto y el acuerdo de París en el que se fijan metas y objetivos relativos a la reducción de gases de efecto invernadero, así como objetivos específicos de producción de energía renovable y de mayor eficiencia energética.
Los distintos objetivos establecidos por décadas, que han ido sufriendo algunas modificaciones, incluyen:
Para 2020:
- Reducir en un 20 % las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a los niveles de 1990.
- Lograr que las energías renovables representen el 20% del consumo energético de la de UE en 2020.
- Objetivo indicativo de mejorar la eficiencia energética en un 20% con respecto a las previsiones sobre futuro consumo de energía.
Para 2030:
- Reducir al menos en un 40 % las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a los niveles de 1990.
- Lograr que las energías renovables representen el 27% del consumo final de energía, vinculante en la UE.
- Objetivo indicativo de mejorar la eficiencia energética en un 20% con respecto a las previsiones sobre futuro consumo de energía, que deberá revisarse en 2030 teniendo en cuenta el nivel del 30 % de la UE22.
Para 2050:
El objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE entre un 80% y un 95% con respecto a los niveles de 1990.
Tendencias, previsiones y metas y objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE
En la siguiente ilustración se muestran las tendencias, previsiones y metas, y las reducciones de emisiones necesarias para alcanzar los objetivos. También se muestra que las metas y objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y 2050 no se alcanzarán sin esfuerzos adicionales considerables.
Para cumplir las metas de 2030, en los próximos diez años habrá que aumentar en un 50 % las medidas anuales de reducción de las emisiones. Sin embargo, el cambio más significativo tendrá que producirse después de 2030, cuando la tasa de reducción de las emisiones deberá triplicar o cuadriplicar los niveles históricos para cumplir el objetivo de 2050. Y no nos queda ya tanto para este 2030.
Fuente: Agencia Europea de Medio Ambiente, Trends and projections in Europe 2016 — Tracking progress towards Europe’s climate and energy targets.
Para cumplir con estas metas y objetivos, las principales barreras que se encuentran las administraciones son las relativas a la necesidad de una mayor digitalización de la propia administración y sus procesos, el déficit de personal cualificado y en definitiva en la modernización de la gestión pública.
El propio IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) habla de dichas barreras enfocándose en los edificios públicos e insistiendo en la importancia del gran potencial del que disponemos para el ahorro energético, pero, sin embargo, las dificultades que esto entraña y que impiden que sean más eficaces y ágiles.
Por todo ello, debemos tener una postura activa ante un problema que es de todos y que sin duda, entre todos resolveremos.
Para ello, es fundamental el papel que juegan las empresas de servicios energéticos, de asesoría y de software de gestión de la energía para contribuir con el conocimiento, la experiencia y las herramientas necesarias y ayudar a la administración a alcanzar sus objetivos de ahorro y sostenibilidad.
Nota del editor – Este artículo es cortesía de Jorge Álvarez, Director de Enermetrik Solutions.
Se han realizado algunos cambios para reflejar el estilo de Spacewell Energy (Dexma).
Sobre el autor:
Jorge Álvarez es Director de Enermetrik Solutions, Empresa de Servicios Energéticos con sede en Abanto y Ziérbena (Bizkaia) que ayuda a clientes a ahorrar energía y a lograr sus objetivos de sostenibilidad gracias a los datos y la monitorización de la energía.