Europa se cita a menudo como el continente más progresista en materia de política de cambio climático. La Unión Europea se ha fijado el objetivo de alcanzar cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050.
El Pacto Verde Europeo se ha establecido como una serie de políticas que proporcionan un plan de acción para lograr este hito. Esto incluye iniciativas clave como la Oleada de Renovación y la revisión de las directivas europeas existentes, como la Directiva de Eficiencia Energética.
Uno de los principales sectores directamente afectados por estas políticas es el de la distribución y comercialización de energía. No sólo hay requisitos importantes para la transición de la generación de energía basada en los combustibles fósiles a las energías renovables, sino también exigencias para que las comercializadoras de energía mejoren la eficiencia energética de sus clientes. Dado que los edificios representan el 40% del consumo total de energía en Europa, se trata de un área clave.
En este artículo se analizará en primer lugar la actual política energética y climática de la Unión Europea, y los logros alcanzados hasta la fecha. A continuación, examinaremos qué es exactamente lo que se exige a las empresas distribuidoras de energía tras la nueva oleada de normativas post-Covid. También, veremos cuales son las formas de cumplir con sus nuevas obligaciones.
Objetivos climáticos europeos y resultados
Desde hace muchas décadas, la UE ha aplicado políticas especialmente progresistas, sobre todo en comparación con otros continentes, para hacer frente al cambio climático.
Con la entrada en vigor del Protocolo de Kioto, jurídicamente vinculante, la UE logró una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero del 8% durante el primer periodo de transición, de 2008 a 2012. Asimismo, superó considerablemente los objetivos iniciales.
Tras la revisión de una serie de objetivos de la Agenda 2020, el Paquete de medidas sobre clima y energía de la UE especificaba 3 objetivos fundamentales:
- 20% de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (en relación con los niveles de 1990),
- 20% de energías renovables en la UE,
- 20% de mejora de la eficiencia energética.
Aunque el informe de resultados sobre estos objetivos no esté finalizado, la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) espera que Europa cumpla o supere los dos primeros objetivos en materia de emisiones totales y generación de energía. Sin embargo, la AEMA expresa su preocupación por el cumplimiento de los objetivos de la UE en materia de eficiencia energética. También presta una atención especial a la variabilidad de los resultados entre los Estados miembros europeos. Esto resalta la importancia de dar un enfoque aún mayor al tema de la eficiencia energética para lograr los futuros hitos.
La próxima fecha clave para que Europa avance hacia la neutralidad de carbono es 2030. El Marco de actuación en materia de clima y energía hasta el año 2030 y su compromiso con el Acuerdo de París han definido los objetivos clave:
- 40% de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (con respecto a los niveles de 1990),
- Al menos un 32% de cuota de energías renovables,
- Al menos un 32,5% de mejora de la eficiencia energética.
Además, en el marco del Pacto Verde Europeo ha propuesto una reducción aún más ambiciosa del 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Se espera que a mediados de 2021 se presenten propuestas definitivas en torno a este objetivo para subsanar el desfase que aún existe entre el impacto previsto de las iniciativas actuales y este objetivo del 55%.
En resumen, Europa ha sido ambiciosa y ha tenido un gran éxito en sus esfuerzos por frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, consiguiendo un descenso del 24% entre 1990 y 2019, mientras que la economía creció alrededor del 60% en el mismo periodo. Sin embargo, se requerirá una acción considerable por parte de todos los sectores para lograr con éxito los objetivos fijados para 2030 y 2050.
¿Qué deben conseguir las Comercializadoras de Energía de aquí a 2030?
Hasta ahora hemos hablado de lo que se espera de Europa en materia de cambio climático en general, pero ¿qué pasará con las Utilities en particular? Aunque todavía se está definiendo el camino exacto hacia los objetivos de 2030, sabemos que la UE espera abordar varias directivas y normas relevantes.
Como hemos visto antes, los resultados registrados en relación con las obligaciones de eficiencia energética han sido escasos. Podemos echar un vistazo a los requisitos actuales de la Directiva de Eficiencia Energética. En ella se establece el sistema de obligaciones de eficiencia energética (OEE) (en inglés) y la financiación como mecanismos clave para reducir el consumo de energía de forma generalizada.
Esto debe ser cumplido por las partes obligadas, que son las organizaciones con mayor impacto en el consumo de energía, incluyendo las comercializadoras y los proveedores de energía al por menor. La directiva deja claro que, para cada año entre 2021 y 2030, el consumo anual de energía final debe disminuir un 0,8%.
Los Estados miembros contribuyen a estos objetivos a través de sus Planes Nacionales Integrados de Energía y Clima (PNIEC). Los esfuerzos acumulados de los PNIECs existentes siguen mostrando una brecha significativa en comparación con los objetivos generales definidos, por lo que los Estados miembros deben intensificar su acción para lograr el éxito.
Por ello, nuevas iniciativas como la oleada de renovación de edificios están desempeñando un papel fundamental. Dado que los edificios representan el 40% del consumo energético de la UE y que se espera que aproximadamente el 90% de los edificios existentes sigan en pie en 2050, tendrán naturalmente un papel clave en la mejora de la eficiencia energética en todo el continente.
Sin embargo, actualmente sólo el 1% de los edificios están sometidos a renovaciones de eficiencia energética cada año. Esto no es suficiente, dado que el consumo de energía en los edificios debe reducirse entre un 14% y un 18% para alcanzar el objetivo previsto de reducción de emisiones del 55% para 2030.
Para ello, se calcula que habrá que renovar 35 millones de edificios de aquí a 2030. Aunque parece una tarea monumental, se espera que esto cree 160 millones de nuevos empleos “verdes”. También, supone una importante oportunidad de negocio para que las comercializadoras de energía se conviertan en líderes de este sector.
¿Por dónde empiezo para que mi Utility esté al día con las normativas?
En primer lugar, debes conocer tus obligaciones específicas. Esto dependerá de una serie de factores, como el país o los países en los que operes. Empieza por echar un vistazo a los PNIECs de tu país o tus países (puedes encontrarlos en esta página en inglés), prestando especial atención a las obligaciones de las comercializadoras de energía, sobre todo en países como Irlanda, Austria, Eslovenia, Bulgaria, Luxemburgo, Polonia, Grecia y Malta. También hay que estar atento a los cambios, porque la UE evalúa los progresos de cada Estado miembro cada dos años y todavía se pueden hacer ajustes en los PNIECs.
Una vez que hayas determinado cuáles son tus obligaciones, es el momento de estudiar cómo actuar, tanto internamente en tu empresa, como para tus clientes. Recuerda que la digitalización debe estar en el centro del crecimiento sostenible, ya que permite controlar y optimizar los niveles de contaminación, el consumo de energía y el uso de los recursos naturales.
Veamos un ejemplo real: las utilities en Irlanda.
Han estado trabajando en el marco de la aplicación de la Directiva de Eficiencia Energética a nivel nacional. Se encuentra explicada con gran detalle en el documento del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y de la Secretaría de la Comunidad de la Energía en el que se esbozan las directrices de la Directiva de Eficiencia Energética (en inglés).
Como partes obligadas, las empresas distribuidoras de energía de Irlanda utilizaron una serie de medidas complementarias para cumplir con sus obligaciones. Entre ellas se encuentran:
- La subcontratación de soluciones o servicios a empresas externas de servicios energéticos (ESEs),
- La integración de equipos específicos de eficiencia energética en las empresas,
- La utilización e inversión en productos y servicios digitales innovadores para motivar a los clientes a reducir su consumo de energía y/o a invertir en equipos más eficientes.
Como ejemplo del último punto, DEXMA ha desarrollado el producto DEXMA Detect para los clientes de PYMES (pequeñas y medianas empresas). Este producto permite a los distribuidores de energía y a sus clientes conocer en detalle sus perfiles de uso de la energía, y proporciona recomendaciones especializadas para cada cliente.
Aprovechando este conocimiento, los proveedores de energía pueden relacionarse mejor con sus clientes y ofrecerles soluciones más sencillas y adecuadas. Asimismo, pueden contribuir a las iniciativas nacionales de eficiencia energética y cumplir la normativa nacional. Productos similares han sido utilizados por Electric Ireland y otras empresas europeas de servicios públicos para cumplir con sus obligaciones en materia de eficiencia energética.
Conclusión
En conclusión, hemos visto que Europa es un continente progresista en materia de política energética y de cambio climático, con ambiciosos objetivos fijados para las próximas décadas.
Políticas como el Pacto Verde Europeo han tenido un papel central. Sin embargo, la eficiencia energética sigue siendo un ámbito en el que los objetivos no se cumplen satisfactoriamente. Por ello, iniciativas como la oleada de renovación se han propuesto reducir significativamente el consumo de energía de los edificios, que son los que más contribuyen a las emisiones de energía en la UE.
Para cumplir con las obligaciones, los Estados miembros establecen sus propias políticas y especifican quién es responsable de tomar medidas. En la mayoría de los casos, en cuanto a las iniciativas de eficiencia energética, las comercializadoras deben desempeñar un papel central, tal como lo vimos con el caso de estudio de Irlanda. Las tecnologías digitales, así como la contratación de equipos especializados, fueron un factor determinante del éxito que han tenido las empresas distribuidoras de energía.
Las comercializadoras de energía tienen muchas palancas de acción para asegurarse de que no sólo logran una mejor eficiencia energética para sus clientes, sino que también consoliden su posición de actor clave en la lucha contra el cambio climático.